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En el templo megalítico de Hal Saflienti, en Malta, se descubrieron unas sepulturas con restos humanos en los que se hallaron una serie de cráneos de tamaño totalmente extraordinario. Estos cráneos parecen pertenecer a un linaje humano desconocido y si los datos iniciales son correctos, algunos investigadores apuntan la posibilidad de que podrían ser el eslabón entre las antiguas culturas de Mesopotamia y Egipto y una hermética raza de sacerdotes identificado con el símbolo de la serpiente.
Un equipo de la revista italiana HERA junto con el equipo de Maurizia Giusti del programa de la televisión italiana “Turistas por casualidad”, se desplazó hasta la isla de Malta en donde efectuó un trabajo de investigación sobre el terreno.
Hacia 1985 se conoció que en los enclaves megalíticos den Taxien, Ggantja y Hal Saflienti, se habían descubierto estos extraños restos humanos que inicialmente fueron expuestos en el Museo Arqueológico de La Valetta en Malta. Pero hace unos años, estos restos fueron retirados de la exposición abierta al público y depositados en el almacén del citado museo.
Desde entonces no estuvieron expuestos públicamente. Sólo las fotos tomadas por los investigadores malteses Dr. Anton Mifsud y su colega, Dr. Charles Savona Ventura, permanecieron como testimonio de la existencia de esos cráneos y probar su anormalidad.
Los libros escritos por los doctores citados, ilustran una colección de calaveras que muestran unas anomalías y/o patologías ciertamente inquietantes: ausencia de líneas de unión entre los diversos huesos que conforman los cráneos, divisiones temporales desarrolladas anormalmente, los occipucios taladrados y henchidos tras haberse producido heridas traumáticas sumamente graves de las que, sin embargo el individuo habría sobrevivido etc.
Especialmente extraño es un cráneo alargado, de gran tamaño y mucho más peculiar que los demás ya que carece de la junta de unión media del cráneo. Es interesante destacar el parecido extraordinario de estos hallazgos con otros cráneos similares, hallados en Egipto y en América del Sur.
Las deformaciones descritas, sin antecedentes en el panorama de la patología médica más aún si tenemos en cuenta su antigüedad (hablamos de aproximadamente de 3000 años AC) podría ser un descubrimiento excepcional. ¿Estamos ante el resultado de una mutación genética desconocida o se trata de una raza totalmente distinta de la que la arqueología no tenía noticias hasta ahora y que, por razones ignoradas, habitaban esta isla?
LOS CRÁNEOS DOLICOCÉFALOS
Los periodistas de la revista HERA junto con los productores del programa de televisión “Turistas por casualidad” efectuaron una petición a la dirección del museo con el fin de poder filmar los cráneos en cuestión y que años atrás habían sido retiradas de la exposición pública. Estas gestiones no hubieran tenido éxito de no ser por la intervención del Ministro de Turismo de Malta, Michael Refalo, con quien pudieron contactar los periodistas al final de una conferencia de prensa organizada por el Dr. Robert Zammit, de la Junta Directiva Provincial de Turismo de Malta.
El ministro, cuyo interés en la materia es notable, acompañó personalmente a este equipo al museo y gracias a su intercesión pudieron obtener permiso para acceder a esos misteriosos cráneos hasta entonces ocultos a la vista del público desde hacia tiempo. Un par de días más tarde, las autoridades del museo permitieron acceder al equipo periodístico a un área reservada, cerrada al público, donde ante los atónitos ojos de los periodistas el arqueólogo del museo, Mark Anthony Mifsud, les presentó los extraordinarios hallazgos de Hal Saflienti.
Los cráneos de este enclave megalítico fueron hallados en un pozo sagrado, el hipogeo Hal Saflienti que los expertos consideran que estaba dedicado a una Diosa Madre junto a la que se halló una pequeña estatua en la que estaba grabado el dibujo de una serpiente. Hay que recordar que la serpiente está históricamente asociada a la salud y la medicina. También la serpiente simboliza el mundo subterráneo en las culturas antiguas.
Entre los cráneos mostrados por los responsables del museo, había uno especialmente inquietante. El cráneo mostraba una muy pronunciada dolicocefalia, en otras palabras, una parte posterior muy alargada a modo de solideo, al que le faltaba la junta media de unión (técnicamente llamada “sagita”) entre las placas óseas que componen un cráneo normal. Este último detalle ha sido considerado "imposible" por médicos y anatomistas a quienes se consultó, no existiendo (hasta donde se sabe) casos análogos en la literatura médica internacional. Se tienen antecedentes de casos similares en algunas civilizaciones precolombinas en las que los cráneos eran alargados de forma artificial, mediante el uso de unas tablas vendadas a la cabeza para deformarla. Sin embargo, en el caso que nos ocupa el alargamiento del cráneo corresponde a una prolongación natural en la zona occipital (no debido a vendajes como los citados).
LOS SACERDOTES DE LA DIOSA MADRE
Malta y Gozo fueron asentamientos muy importantes desde tiempos prehistóricos, lugares dónde se efectuaban rituales dirigidos a sanar a la gente y donde los oráculos y sacerdotes efectuaban sus ceremonias. Allí, en ambas islas, se hallan restos de santuarios y lugares de culto curativo, donde los sacerdotes efectuaban sus ceremonias en honor a la diosa a la que se le atribuían poderes curativos como expresión directa de su divinidad. Como decíamos antes, es bien conocido que, en la antigüedad, la serpiente fue asociada a los poderes curativos de los dioses. La serpiente también pertenece al mundo subterráneo. Todo parece indicar que en este lugar desarrollaron sus actividades una casta sacerdotal que tenía como símbolo a la serpiente y que por ello eran conocidos como los “sacerdotes de la serpiente”.
Quizá los extraños cráneos encontrados en el hipogeo y examinados durante la visita al Museo Arqueológico de Malta, pertenecieran a esa casta de sacerdotes. Como mencionábamos anteriormente, presentan una acentuada forma dolicocéfala, que es en particular el centro de nuestro análisis. Las deformaciones que debió comportar en el rostro de esos sacerdotes todo el proceso de ese alargamiento craneal, les debieron haber dado una apariencia de serpiente, por el estiramiento de la piel y los ojos a la que se debieron verse sometidos estos individuos. Este hecho, que les debió causar una terrible agonía desde la infancia, también debió facilitarles una mayor visión lateral, lo que se debía considerar una prueba de su vínculo con la divinidad.
Ciertamente faltan datos y eso hace que sólo se pueda especular, pero la hipótesis no puede estar muy alejada de la realidad.
OTRA RAZA
Los responsables del museo mostraron a los periodistas diversos cráneos hallados en la zona en cuestión. Todas ellas con anomalías extrañas. Sin embargo, algunos de estas anomalías, básicamente, del tipo de deformación citado bien pudieron deberse a un alargamiento artificial empleando el método de las tablillas antes citado. Sin embargo, la que más llamó la atención de los periodistas presentaba una alteración dicocéfala de aparente origen natural y que podría ser señal inequívoca de su pertenencia a una raza diferente de las que habitaban las islas de Malta y Gozo. Esta consideración estaba confirmada por los arqueólogos malteses mismos, Anthony Buonanno y Mark Anthony Mifsud, quienes no dudaron en afirmar que "Son otra raza distinta aunque se precisarían exámenes con C-14 o análisis médicos de ADN que aún no ha sido realizada. Quizá estos individuos fueran originarios de Sicilia".
Discutiremos este detalle más adelante. Entretanto, vale la pena hacer énfasis en que una de estas calaveras mostró señales inequívocas de una intervención quirúrgica en el hueso occipital Los contornos de tres pequeños agujeros realizados en el citado hueso occipital llamado inion y que tuvo tiempo de cicatrizar, prueba evidente de que el paciente sobrevivió a la operación aunque probablemente la operación debió mermar sus facultades motrices.
Una parte de los 7000 esqueletos hallados en la excavación del hipogeo Hal Saflienti y examinados por Themistocles Zammit en 1921, presenta deformaciones realizadas artificialmente.
Uno de estos esqueletos del grupo que fue desenterrado por el arqueólogo Brochtorff Circle muestra signos claros de deformación intencionada. Estas deformaciones ocurrieron por varias razones: ceremonias iniciáticas, matrimonios, rituales solares o castigos por trasgresiones sociales o delitos. Todo este ceremonial caracterizado por incisiones, perforaciones, cauterizaciones, abrasiones, las inserciones de cuerpos extraños en músculos, mutilación del cuerpo para propósitos mágicos, médicos o cosméticos, fueron prácticas crueles pero comunes y aceptadas por la comunidad.
¿Por qué tal persistencia en atormentar el propio cuerpo? ¿Hubo alguna conexión entre los rituales tribales y los hombres del cráneo alargado? ¿Podría ser posible que, como en otras culturas, las poblaciones sucesivas tendieran a deformar las cabezas de sus hijos para asemejarlas a esta raza de "sacerdotes de la serpiente"? En Malta, todo esto fue practicado por un misterioso pueblo que erigió templos gigantescos para la Diosa de la Madre entre 4100 y 2500 aC
La presencia de estas calaveras podría ser el de los últimos exponentes de una antigua casta sacerdotal que construyó los templos megalíticos y, nunca se mezclaron con la población local. Estos individuos se habrían apareado sólo con los de su misma especie, y reproduciéndose a través de los años dentro de uniones familiares totalmente endogámicas (como era costumbre habitual entre determinadas élites sociales). Esto habría empobrecido su carga genética y provocado una serie de patologías inevitables que les llevó finalmente a su desaparición.
LOS ORIGENES
Las calaveras que examinó el equipo de periodistas están fechadas en el 2500 a.C. (pero su antigüedad puede ser incluso mayor) una fecha en la cual la historia megalítica de Malta termina, iniciando un período de oscuridad histórica y la ausencia de población que durará aproximadamente 300 años, hasta la llegada de los fenicios. Estos hicieron de Malta un puesto avanzado en el Mediterráneo. Los fenicios también erigieron en Malta templos a la Diosa de la Madre, que ellos llamaban Astarté, una asimilación fenicia de una diosa mesopotámica que representaba el culto a la madre naturaleza, la vida y la fertilidad y en cuya simbología aparecen también las serpientes. Es como si los fenicios quisieran continuar una tradición interrumpida.
Hemos de retroceder hasta el año 2550 aC para hallar la clave para entender quienes podían ser estos individuos de cabeza alargada y para ello hemos de viajar hasta el antiguo Egipto.
El profesor Walter B. Emery (1903-1971), el conocido egiptólogo, el autor de "El Arcaico Egipto", y que excavó en Saqqara en la década de 1930, descubrió los restos de individuos que vivieron en la época predinástica. Estos presentaron un cráneo dolicocéfalo, más grande que el del grupo étnico local, el pelo rubio y una constitución más alta y robusta. Emery dio fe de que esta población no eran originarios de Egipto pero que habían desempeñado un importante papel sacerdotal y gubernamental en este país. Esta raza no se mezcló con la gente común, relacionándose sólo con las clases aristocráticas y el profesor Emery los asoció con los Shemsu Hor, los "discípulos de Horus".
Los Shemsu Hor son reconocidos como la casta sacerdotal dominante en el Egipto predinástico (hacia el 3000 B.C.), siendo mencionados en el papiro Turin y en la lista de los reyes de Abydos. Es interesante reparar en que Emery escribe:
"Hacia finales del IV milenio antes de Cristo los individuos conocidos como los Discípulos de Horus aparece como una casta aristocrática dominante que rige todo Egipto. La teoría que sostiene la existencia de esta raza cuenta con el respaldo del descubrimiento en las tumbas predinásticas, en la parte norte del Alto Egipto, de los restos anatómicos de individuos con cráneos más grandes y constitución anatómica mayor que la población nativa, con tanta diferencia que excluiría cualquier hipotética tensión racial. La fusión de las dos razas debió haber sucedido en la época en que se produjo la unificación de los Reinos de dos Egipcios".
Por consiguiente, lo que ocurrió en Malta se refleja también en Egipto. Es curioso que en el Bajo Egipto, el símbolo del Faraón sea una abeja. Y no parece casual que el nombre antiguo de Malta es "Melita", lo cual se deriva de la palabra latina que significa miel. El símbolo de Malta fue también una abeja y sus celdas hexagonales. Melita tiene su origen en "Mel" o "Mer" que en el Antiguo Egipto fue el nombre atribuido a las pirámides.
Es una coincidencia interesante que en Egipto, los Shemsu Hor fueran los guardianes de la religión que adoraba al Dios sol y aun hoy en Malta el sol es llamado "Shem-shi". "Shem" es una palabra de origen acadio, no egipcio, derivado del término babilónico utilizado para denominar el sol, que es "Shamash". Esto probaría que los Shemsu Hor pudieron tener su origen en la zona denominada de la media luna fértil (la antigua Mesopotamia la zona comprendida entre los ríos Tigris y Eufrates, en el actual Iraq). Una enésima correlación es el hecho que esta casta sacerdotal de cráneos alargados despareció tanto de Egipto como en Malta en el mismo período, es decir, hacia el 3000 y 2500 Antes de Cristo
Quién escribe está convencido, que un tercer núcleo de esta raza estaba presente en la zona del Éufrates, formando parte de una población conocida como Mithans, que los egipcios llamaban Naharin (“los de la serpiente”, de “nahash”, serpiente). Los Mithans, que ocuparon una parte de la zona del actual Kurdistán, pertenecieron al pueblo de Abraham y cuya descripción es idéntica a los Shemsu Hor que hace Emery (pelo rubio y complexión robusta). La tradición del culto a la serpiente se origina en Oriente Medio, en la zona central del Kurdistan, donde hacia el 5000 aC la cultura matriarcal de Jarmo representó a las diosas madre como divinidades con cara de víboras y cabezas alargadas. Estas divinidades fueron asociados a los “ángeles caídos” o Nephelims que son más explictamente citados en el “Testamento de Amran” perteneciente a los rollos de Qumran en el cual está escrito:
“Uno de ellos era de aspecto aterrador, como una serpiente y su manto era multicolor y también su cara era la de una víbora y también lo eran sus ojos”
Se trata, en nuestra opinión, no de divinidades propiamente dichas, sino de individuos pertenecientes a un grupo de sacerdotes o chamanes que pertenecían a un sistema cultural muy desarrollado y profundo, que tenían relaciones con la sociedad mucho menos desarrollada de aquella época. Los miembros de esta raza fueron considerados como semi-dioses por los conocimientos que poseían , al igual que sucedió en Egipto con los Shemsu Or. Idénticas estatuas simbolizando diosas madre con aspecto de víbora se encuentran en la tierra del Nilo, que datan exactamente del periodo arcaico de los Shemsu Or. Por tanto, se puede concluir que estos sacerdotes del culto a la serpiente pertenecían a una raza más antigua y que fueron los primeros en ocupar la zona de la media luna fértil (en particular Anatolia y Kurdistan) y Egipto (siguiendo las migraciones que se remontan hacia el 6000-4000 AC) hasta llegar a Malta para desaparecer alrededor del 2500 AC, pero esta cultura sobrevivió en Oriente Medio y probablemente uno de ellos fue uno de los faraones más notables y misteriosos de Egipto. Se trata de Mithans y el faraón Akhenaton.
La razón por la cual Akhenaton estaba vinculado a los Mithans será objeto de otro artículo, pero la forma en que fue representado en sus estatuas y bajo relieves (y con él toda la familia real) era la de un individuo de cabeza alargada y con rostro, aunque de aspecto humano, con rasgos de serpiente, es decir las mismas características encontradas por las investigaciones Emery en la época pre-dinástica, además de corresponder a la representación exacta de las características de los Nephelims y probablemente a los cráneos alargados hallados en Malta. Los cráneos de las esculturas de la dinastía Amarnian y los cráneos de Malta resultan ser prácticamente idénticos, un hecho no casual, confirmado por las pruebas con rayos X a la que se sometió al cráneo de Tuthankamon, el hijo de Akhenaton, que mostró también un cráneo dolicocéfalo. Básicamente los cráneos malteses son reliquias que los arqueólogos no acaban de entender, de una raza sacerdotal que en Egipto y Malta sobrevivieron desde tiempos arcaicos hasta el 2500 AC. Se trata de una casta que creó el sustrato espiritual y religioso que caracterizó a las más grandes civilizaciones del Mundo Antiguo desde hace mucho tiempo (del 600 AC o antes). Esta casta continuó en Oriente Medio y de algún modo reapareció en Egipto alrededor de 1351 AC a través de la herejía del faraón Akhenaton que instauró una reforma religiosa que tenía por objeto restaurar el antiguo orden.
Y si la hipótesis de que este faraón estaba de algún modo vinculado a la figura de Moisés es aceptada, entonces el resto es historia
LA ATLANTIDA EN MALTA
Malta es una plataforma, una elevación del fondo marino que ha mostrado su tendencia sumergirse más de una vez. Treinta y cinco templos prehistóricos distribuidos en las dos islas principales, Malta y Gozo y muchos otros sumergidos a la orilla del mar, hacen pensar en una catástrofe que ha debido haber ocurrido aquí alrededor de 3000-2500 B.C., algo que dejó su señal. Empinados arrecifes cayendo verticalmente al mar,, contrariamente más inclinados en la costa norte conforma la costa sur de Malta, Dingli Cliffs. Es como si el eje mayor de la isla hubiese girado alrededor de sí mismo, sumergiendo la mayor parte de la costa frente a Sicilia. Algunos arqueólogos locales, incluyendo a los ya mencionados Dr. Anton Mifsud y Dr.Charles Savona Ventura, consideran este cataclismo como el origen real del nacimiento de la leyenda de Atlántida, cuya historia parece resurgir del número de reliquias del misterioso pasado megalítico de la isla. La población que erigió estructuras extraordinarias de gigantescas piedras, en un cierto período de la historia de la isla, simplemente despareció. Doscientos cincuenta años de oscuridad en verdad caracterizan la historia de este pueblo hasta la llegada de los nuevos pobladores que sucesivamente ocuparon Malta.
¿Qué había determinado esta inmensa catástrofe? Quizá un terremoto o el desplazamiento de la plataforma calcárea en la cual Malta está asentada. Sin embargo, conocemos por el Papiro de Leningrado (un hierático rollo de papel fechado en el 1115 antes de Cristo conservado en el museo Ermitage) un documento egipcio escrito alrededor de 2000 B.C., que se remonta a la XII dinastía, que el “pueblo de la serpiente” fue destruido por una estrella caída de los cielos Sólo uno sobrevivió en una isla “predestinada a quedar completamente sumergida”. ¿A qué se refiere esta extraña fábula? ¿Fue eso el registro de una catástrofe que destruyó una parte del Mediterráneo? El mito también conectó a la serpiente con las figuras de las Diosas Madre como Tanit, Innanna, Isis y Eva.
Son divinidades femeninas que relacionan en la cultura a la serpiente como portadora de sabiduría, conocimiento médico, científico y esotérico. Pero una surge una duda: ¿No podrían ser estas serpientes más bien seres humanos de forma física extraña, quizá incluso con alguna deformidad? La mitología está llena de seres extraños que a menudo parecen más casos clínicos que divinidades verdaderas. Por ejemplo, Cecrops, el mítico fundador y primer rey de Atenas, que según la tradición, nació del suelo y su apariencia fue la mitad humana y la mitad serpiente.
Según otros, llegó a Attica de Egipto y construyó la Acrópolis, difundiendo el culto de Zeus y Atenea. Pythia (o Pitón) fue una sacerdotisa de Delfos, tomada por Apolo, para hacer de oráculo. Tomó su nombre de la serpiente pitón, matada por Apolo y creyó ser enterrada debajo de su templo. La sacerdotisa anunciaba sus oráculos sentada sobre un trípode sagrado en la desembocadura de un desfiladero natural, desde el cual exhalaba vapores y comunicaba a un sacerdote (llamado profeta) el cual lo transmitíaa a la postulante.
Pero volvamos a Malta. Incluso San Pablo que naufragó en la bahía de Malta que aún lleva su nombre, se topó con una serpiente que mordió su pie. En realidad, en los días del San Pablo, siglo I A.D., estos animales no existían en Malta. Por lo tanto es extraño que este reptil pudiera realmente morder a este Hombre de Dios. Esta leyenda bien puede ser interpretada en una manera diferente, más simple. La serpiente fue el último sacerdote de la Gran Diosa que había quedado en la isla, cuyos poderes curativos eran por San Pablo, obligado a desmantelar lo que quedaba del último baluarte pagano de la gran Diosa de la Sanación.
Por Vittorio Di Cesare y Adriano Forgione (revista HERA, Roma, Italia)