Claramente el Congreso de Viena sirvió a los intereses y objetivos tanto de los monarcas europeos como de la Orden Jesuita, en lo referente a sus planes para Europa. Pero además de este Congreso de Viena, se convocaron dos más; el primero en Verona en 1822 (durante este Congreso se decidió que América sería el blanco de los emisarios Jesuitas y que tenía que ser destruida a toda costa.); el segundo de estos congresos fue llevado a cabo en Chieri, Italia, en 1825.
“Nuestros Padres fundadores sabían de las intrigas Jesuitas dirigidas hacia la nueva República Protestante de estos Estados Unidos de América. En 1816, John Adams escribió al Presidente Jefferson:
« ¿Acaso no tendremos regulares enjambres de ellos aquí, en tantos disfraces como solamente un rey de los gitanos puede asumir, vestidos como pintores, editores, escritores, y maestros de escuelas? Si hubo aún un cuerpo de hombres que merecieron la condenación eterna sobre la Tierra y el Infierno ese es la Sociedad de los de Loyola".»
[Los Nuevos Jesuitas, George Riemer, 1971].”
No todo el mundo conoce que Samuel Morse escribió un libro advirtiendo de esta conspiración. Aquí lo podéis descargar en pdf:
http://archive.org/details/foreignconspiracy00mors
“Un amigo personal del Profesor Morse creyó en su advertencia acerca de esta conspiración Jesuita. Él fue el Presidente Abraham Lincoln, quién en conversaciones con Charles Chiniquy declaró:
«Los Protestantes tanto del Norte como del Sur seguramente se unirían para exterminar a los sacerdotes y a los Jesuitas, si ellos pudieran saber cómo los sacerdotes, las monjas, y los monjes, que diariamente desembarcan en nuestras costas, bajo el pretexto de predicar su religión no son otra cosa sino los emisarios del Papa, de Napoleón III, y los otros déspotas de Europa, para minar nuestras instituciones, alienar los corazones de nuestro pueblo de nuestra Constitución, y nuestras leyes, destruir nuestras escuelas, y preparar un reino de anarquía aquí como lo hicieron en Irlanda, en México, en España, y dondequiera que haya algunas personas que quieran ser libres".»
[Cincuenta Años En La Iglesia de Roma, Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de 1886]”
“Los jesuitas no sólo habían conspirado en contra de los pueblos de Europa, también estaban conspirando para derrocar al gobierno de los Estados Unidos debido a que su Constitución protegía los derechos de los hombres libres protestantes de América…..
…..De esta gran conspiración leemos las palabras del Senador Robert L. Owen registradas en el “Código Diplomático” de Jonathan Elliot, en la página 179:
«La Santa Alianza habiendo destruido el gobierno popular de España e Italia había diseñado muy bien su plan para destruir el gobierno popular de las colonias americanas que había comenzado a revolucionar a Portugal y a Sur América bajo el exitoso ejemplo y la influencia de los Estados Unidos.»
La Doctrina Monroe fue propuesta en 1823 para oponerse a esta conspiración. Fue basado en esta doctrina que el presidente Lincoln expulsó al ejército francés de Napoleón III (enviado por los jesuitas), fuera de México durante la Guerra de Secesión. Esta Doctrina Monroe fue la base por la que el presidente Kennedy ordenó a la flota rusa permanecer fuera de Cuba durante la Crisis de los Misiles de 1962. En última instancia, tanto Lincoln y Kennedy fueron asesinados por los “túnicas negras” de Loyola, de apellido “El Cuerpo de Ingenieros del Infierno”, ya que ambos trataron de resistirse a las políticas del General de los Jesuitas de la Santa Alianza en la toma de su César Papal como monarca universal teocrático del mundo.”
Además del Congreso de Viena y el Tratado secreto de Verona, la Orden Jesuita perfeccionó aún más su gran proyecto en una pequeña ciudad llamada Chieri, situada en Italia. Estas reuniones fueron convocadas con tanto secreto cómo fue posible. Sin embargo, un hombre asistió a los dos primeros Congresos y no pudo ser silenciado. El Ministro del Exterior Británico George Canning contactó al gobierno de Estados Unidos para advertirle que los monarcas de Europa estaban planeando destruir las instituciones libres de América.
“Fue debido a esta conspiración en contra de las Repúblicas Americanas por parte de las monarquías Europeas que el gran estadista británico Canning, llamó la atención al gobierno de Estados Unidos y sus estadistas, incluyendo a Thomas Jefferson quién todavía estaba vivo en ese tiempo, a tomar parte activa provocando así la declaración del Presidente Monroe en su mensaje anual al Congreso de los Estados Unidos de América; declaró que los Estados Unidos considerarían como un acto de hostilidad y poco amistoso hacia su gobierno, si esta coalición, o algún otro poder de Europa, se comprometiesen a establecer en el continente cualquier control de cualquier república americana, o la adquisición de derechos territoriales.
Esta es la llamada Doctrina Monroe. La amenaza bajo el tratado secreto de Verona para suprimir el gobierno popular en las repúblicas americanas es la base de la Doctrina Monroe. Este tratado secreto expone claramente el conflicto entre gobiernos monárquicos y gobiernos populares, y el gobierno de pocos contra el gobierno de muchos."
Burke McCatry, La Verdad Suprimida Acerca del Asesinato de Abraham Lincoln, pág.10
La Doctrina Monroe fue la respuesta de Estados Unidos al Congreso Jesuita de Viena, Verona y Chieri. Los Estados Unidos lo considerarían un acto de guerra si cualquier nación Europea buscara expansión colonialista en el hemisferio occidental. Los Jesuitas han podido atacar secretamente e infiltrar América para lograr precisamente lo que la Doctrina Monroe fue instituida para proteger. Ellos han podido permanecer impunes en cuanto a esto, porque ha sido hecho con total secreto bajo la fachada de ser una iglesia. La Doctrina Monroe retó cualquier avance de Europa hacia América. Sin embargo, Monroe no entendió realmente que los habilidosos Jesuitas no usarían la fuerza de las armas inicialmente para alcanzar sus objetivos. Ellos usarían la astucia, la malicia, y el total secretismo, apelarían a los puntos más básicos del hombre, plantarían a sus agentes en posiciones de riqueza y poder y después usarían su influencia para tomar su gran premio, la subversión y destrucción de todo principio Protestante esgrimido en la Constitución de Estados Unidos.