jueves, 12 de febrero de 2015

LA OTRA MAGIA - WORK IN PROGRESS




En “La Otra Magia” nos proponemos contar las historias de un grupo de cinco jóvenes que transitan los caminos del esoterismo y la búsqueda interior, no sólo a partir del estudio y la introspección, sino llevando sus ideas a la práctica.

https://vimeo.com/118864228

https://vimeo.com/118176691

https://vimeo.com/117841294


viernes, 18 de abril de 2014

CUATRO PRESIDENTES DE EEUU ASESINADOS POR LOS JESUITAS



Cuatro Presidentes de EEUU – Lincoln, Garfield, McKinley y Kennedy – fueron eliminados por asesinos controlados por los jesuitas.

James Garfield, veinteavo presidente de los Estados Unidos, había sido previamente Presidente del Comité de la Cámara de Asignaciones y era un experto en materia fiscal.

El Presidente Garfield comenzó a realizar investigaciones en materia fiscal y no ocultó sus pensamientos sobre la banca central. Declaró abiertamente que quien controlase la oferta de la moneda controlaría el negocio y las actividades de todo el pueblo.

Tras cuatro meses en el cargo, el presidente Garfield sufrió un atentado en la estación de tren de Washington, el 2 de julio de 1881. Un abogado, a quien no se había concedido un puesto consular que había solicitado, disparó contra el presidente dos balas que no llegaron a herir ningún órgano vital.

Herido, Garfield permaneció acostado en la Casa Blanca durante 70 días. Los médicos, con el pretexto de encontrar una de las balas fueron transformando una herida de unos milímetros en una herida grave. Alexander Graham Bell intentó sin éxito encontrar la bala con un detector de metales que había improvisado él mismo para la ocasión, pero la cama donde estaba recostado era de metal y eso imposibilitó el hallazgo. El 6 de septiembre Garfield fue llevado a la costa de New Jersey. Por unos días parecía haberse recuperado, pero el 19 del mismo mes falleció por culpa de la infección y de la hemorragia interna que le causaron los médicos.

Sin duda, su muerte no fue causada por el tirador, sino por los médicos. Este percance fue debido a que Garfield había reincorporado los impuestos a los productos que venían de Londres. Generó una gran discusión interna en su partido intentando poner al descubierto las comisiones que recibía su antecesor por elevar los impuestos a la correspondencia oficial y beneficiar a la compañía de correos, que era también la dueña del ferrocarril. Se cree que el hecho de que el tiroteo fuera en la estación de Washington fue una clara señal mafiosa para sus sucesores de no entrometerse en los asuntos del ferrocarril.

Huérfano de padre desde los dos años tuvo que ayudar a su madre desde temprana edad en las labores agrícolas y luego como carpintero y tripulando botes. De familia cristiana (Discípulos de Cristo) se educó bajo los más estrictos cánones de su religión y en 1856 se graduó del William College.

Fue un predicador que gozo de la alta estima de su congregación y como abogado obtuvo el Bar en 1859 el mismo año en que fue elegido al senado de Ohio.

Fue iniciado en la Masonería el 19 de Noviembre de 1861 en la Logia Magnolia No. 20 en Columbus, Ohio. Y el 22 de Noviembre de 1864 fue exaltado como Maestro Masón en la Logia Columbus No. 30. Posteriormente se afilio a la Logia Garrettsville No. 246 en Garrettsville, Ohio donde sirvió como Chaplain y fue un miembro honorario de la Logia Pentalpha No. 23 en Washington D.C. en el ano de 1869.

Integra el Rito York en la Logia Columbia Chapter No. 15 (hoy en día No. 1) de Washington D.C., la Comandería de Columbia No. 2, Los Caballeros Templarios de la misma ciudad, la Comandería Hanselmann No. 16, y los Caballeros Templarios de Cincinnati en Ohio. También fue miembro del Rito Escocés Antiguo y Aceptado recibiendo los grados del 6 al 30 por comunicación del General Albert Pike en 1871.

Fue coronel del Ejército de la Unión y se distinguió en la batalla de Shiloh y Chickamauga, fue promovido a Mayor General y electo al Congreso en 1862 en su distrito 19 de Ohio; por lo que se retiro del ejército para dedicarse a la política.

Sirvió en la Casa de Representantes por 18 años y en 1880 es nombrado Senador. Fue Chairman (Presidente) de la Delegación de Ohio a la Convención Republicana de 1880 y fue electo Presidente el 4 de Marzo de 1881.

LINCOLN Y LOS JESUITAS



En las elecciones presidenciales de 1864, Lincoln fue reelegido por segunda vez. La ceremonia de investidura del segundo mandato tuvo lugar el 4 de marzo de 1865. Sin embargo, a pesar de la reelección su impopularidad crecía a pasos de gigante y muchos comenzaron a criticar su doble lenguaje para someter al Sur, en el que lo menos importante era la emancipación de la población negra.

A finales de la Guerra de Secesión, en 1864, Abraham Lincoln redactó y publicó su famosa "Carta de Lincoln a la Nación", algunos de cuyos párrafos resultaron inquietantemente premonitorios. En una de sus frases afirmaba que "tengo el presentimiento que moriré a manos de un asesino", para más adelante decir "no es contra los americanos del Sur, solamente, contra los que estoy luchando, sino también contra el Papa de Roma y sus pérfidos jesuitas".

Aunque él actuó como tirano en impedir la secesión de Maryland y levantó el Ejército del Potomac para "sofocar la rebelión", hay evidencia de que hubo un cambio en su corazón. De acuerdo a muchos, Lincoln fue convertido a Cristo después de ver el campo de batalla en Gettysburg [*la mayor batalla de la Guerra Civil a la que algunos llamaron "el Armagedón de Norteamérica"]. Él se unió más tarde a la Iglesia Presbiteriana en Washington y tuvo varias conversaciones espirituales con su cercano amigo y sacerdote convertido, Charles Chiniquy:

"Yo repetiré lo que dije en Urbana, cuando por primera vez usted me dijo de sus temores de que yo sea asesinado por los Jesuitas: Un hombre no debe cuidarse de cuando y donde él morirá, con tal que muera en el puesto de honor y deber. Pero yo puedo añadir, hoy, que tengo un presentimiento de que Dios vendrá a mí a través de la mano de un asesino. ¡Que se haga Su voluntad, y no la mía! El Papa y los Jesuitas, con su infernal Inquisición, son el único poder organizado en el mundo que tiene el recurso de la daga del asesino para asesinar a aquellos a quienes ellos no puedan convencer con sus argumentos o conquistar con la espada. ... Me parece que el Señor quiere hoy, como lo quiso en los días de Moisés, otra víctima. ... No puedo ocultar de usted que mi impresión es que yo soy esa víctima. Ya muchos complots han sido hechos contra mi vida, es un milagro real que ellos hayan fallado, cuando consideramos que la gran mayoría de ellos estuvieron en las manos de diestros asesinos Católicos Romanos, evidentemente entrenados por los Jesuitas. Pero ¿podemos esperar que Dios hará un milagro perpetuo para salvar mi vida? Creo que no. Los Jesuitas son tan expertos en esos hechos de sangre, que Enrique IV dijo que era imposible escapar de ellos, y él llegó a ser su víctima, aunque él hizo todo lo que podía ser hecho para protegerse a sí mismo. Mi escape de sus manos, desde la carta del Papa a Jeff Davis que ha aguzado un millón de cuchilleros para partir mi pecho, sería más que un milagro". 
[Cincuenta Años En La Iglesia de Roma, Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de 1886]

Sobre la mano Jesuita en el asesinato de Lincoln:

"Me siento seguro al afirmar que, en ninguna otra parte puede ser encontrado en un libro la presentación coordinada de la historia completa de la muerte de Abraham Lincoln, la cual fue instigada por el papa "negro", el General de la Orden Jesuita, camuflado por el papa "blanco", Pío IX, ayudado, instigado y financiado por otros abogados del "Derecho Divino" de Europa, y finalmente consumado por la Jerarquía Romana y sus agentes pagados en este país y Canadá Francesa en "Viernes Santo" a la noche, el 14 de Abril, en 1865, en el Teatro de Ford, Washington, D.C." 
[La Verdad Suprimida Sobre El Asesinato De Abraham Lincoln, Burke McCarty, 1973, originalmente publicado en 1924].

JAMES MONROE



Claramente el Congreso de Viena sirvió a los intereses y objetivos tanto de los monarcas europeos como de la Orden Jesuita, en lo referente a sus planes para Europa. Pero además de este Congreso de Viena, se convocaron dos más; el primero en Verona en 1822 (durante este Congreso se decidió que América sería el blanco de los emisarios Jesuitas y que tenía que ser destruida a toda costa.); el segundo de estos congresos fue llevado a cabo en Chieri, Italia, en 1825.

“Nuestros Padres fundadores sabían de las intrigas Jesuitas dirigidas hacia la nueva República Protestante de estos Estados Unidos de América. En 1816, John Adams escribió al Presidente Jefferson:
« ¿Acaso no tendremos regulares enjambres de ellos aquí, en tantos disfraces como solamente un rey de los gitanos puede asumir, vestidos como pintores, editores, escritores, y maestros de escuelas? Si hubo aún un cuerpo de hombres que merecieron la condenación eterna sobre la Tierra y el Infierno ese es la Sociedad de los de Loyola".» 
[Los Nuevos Jesuitas, George Riemer, 1971].”

No todo el mundo conoce que Samuel Morse escribió un libro advirtiendo de esta conspiración. Aquí lo podéis descargar en pdf:
http://archive.org/details/foreignconspiracy00mors

“Un amigo personal del Profesor Morse creyó en su advertencia acerca de esta conspiración Jesuita. Él fue el Presidente Abraham Lincoln, quién en conversaciones con Charles Chiniquy declaró:
«Los Protestantes tanto del Norte como del Sur seguramente se unirían para exterminar a los sacerdotes y a los Jesuitas, si ellos pudieran saber cómo los sacerdotes, las monjas, y los monjes, que diariamente desembarcan en nuestras costas, bajo el pretexto de predicar su religión no son otra cosa sino los emisarios del Papa, de Napoleón III, y los otros déspotas de Europa, para minar nuestras instituciones, alienar los corazones de nuestro pueblo de nuestra Constitución, y nuestras leyes, destruir nuestras escuelas, y preparar un reino de anarquía aquí como lo hicieron en Irlanda, en México, en España, y dondequiera que haya algunas personas que quieran ser libres".»
[Cincuenta Años En La Iglesia de Roma, Charles Chiniquy, 1968, reimpreso de la edición de 1886]”

“Los jesuitas no sólo habían conspirado en contra de los pueblos de Europa, también estaban conspirando para derrocar al gobierno de los Estados Unidos debido a que su Constitución protegía los derechos de los hombres libres protestantes de América…..
…..De esta gran conspiración leemos las palabras del Senador Robert L. Owen registradas en el “Código Diplomático” de Jonathan Elliot, en la página 179:

«La Santa Alianza habiendo destruido el gobierno popular de España e Italia había diseñado muy bien su plan para destruir el gobierno popular de las colonias americanas que había comenzado a revolucionar a Portugal y a Sur América bajo el exitoso ejemplo y la influencia de los Estados Unidos.»

La Doctrina Monroe fue propuesta en 1823 para oponerse a esta conspiración. Fue basado en esta doctrina que el presidente Lincoln expulsó al ejército francés de Napoleón III (enviado por los jesuitas), fuera de México durante la Guerra de Secesión. Esta Doctrina Monroe fue la base por la que el presidente Kennedy ordenó a la flota rusa permanecer fuera de Cuba durante la Crisis de los Misiles de 1962. En última instancia, tanto Lincoln y Kennedy fueron asesinados por los “túnicas negras” de Loyola, de apellido “El Cuerpo de Ingenieros del Infierno”, ya que ambos trataron de resistirse a las políticas del General de los Jesuitas de la Santa Alianza en la toma de su César Papal como monarca universal teocrático del mundo.”

Además del Congreso de Viena y el Tratado secreto de Verona, la Orden Jesuita perfeccionó aún más su gran proyecto en una pequeña ciudad llamada Chieri, situada en Italia. Estas reuniones fueron convocadas con tanto secreto cómo fue posible. Sin embargo, un hombre asistió a los dos primeros Congresos y no pudo ser silenciado. El Ministro del Exterior Británico George Canning contactó al gobierno de Estados Unidos para advertirle que los monarcas de Europa estaban planeando destruir las instituciones libres de América. 

“Fue debido a esta conspiración en contra de las Repúblicas Americanas por parte de las monarquías Europeas que el gran estadista británico Canning, llamó la atención al gobierno de Estados Unidos y sus estadistas, incluyendo a Thomas Jefferson quién todavía estaba vivo en ese tiempo, a tomar parte activa provocando así la declaración del Presidente Monroe en su mensaje anual al Congreso de los Estados Unidos de América; declaró que los Estados Unidos considerarían como un acto de hostilidad y poco amistoso hacia su gobierno, si esta coalición, o algún otro poder de Europa, se comprometiesen a establecer en el continente cualquier control de cualquier república americana, o la adquisición de derechos territoriales.
Esta es la llamada Doctrina Monroe. La amenaza bajo el tratado secreto de Verona para suprimir el gobierno popular en las repúblicas americanas es la base de la Doctrina Monroe. Este tratado secreto expone claramente el conflicto entre gobiernos monárquicos y gobiernos populares, y el gobierno de pocos contra el gobierno de muchos."
Burke McCatry, La Verdad Suprimida Acerca del Asesinato de Abraham Lincoln, pág.10 

La Doctrina Monroe fue la respuesta de Estados Unidos al Congreso Jesuita de Viena, Verona y Chieri. Los Estados Unidos lo considerarían un acto de guerra si cualquier nación Europea buscara expansión colonialista en el hemisferio occidental. Los Jesuitas han podido atacar secretamente e infiltrar América para lograr precisamente lo que la Doctrina Monroe fue instituida para proteger. Ellos han podido permanecer impunes en cuanto a esto, porque ha sido hecho con total secreto bajo la fachada de ser una iglesia. La Doctrina Monroe retó cualquier avance de Europa hacia América. Sin embargo, Monroe no entendió realmente que los habilidosos Jesuitas no usarían la fuerza de las armas inicialmente para alcanzar sus objetivos. Ellos usarían la astucia, la malicia, y el total secretismo, apelarían a los puntos más básicos del hombre, plantarían a sus agentes en posiciones de riqueza y poder y después usarían su influencia para tomar su gran premio, la subversión y destrucción de todo principio Protestante esgrimido en la Constitución de Estados Unidos.

JESUITAS (2)




Ante la necesidad de recuperar el poder perdido, los Illuminati fueron creados por los jesuitas tras la Bula de Extinción del Papa Clemente XIV y su expulsión de, prácticamente, todas las cortes europeas. 
El gran objetivo de los Illuminati es unir todo el mundo en un solo cuerpo, en términos políticos, económicos, y religiosos. En otras palabras, preparar el camino para el establecimiento de un "Nuevo Orden Mundial". Este fue el mismo objetivo de Ignacio de Loyola, quien planeó someter al mundo bajo el gobierno del Papa. Así los Jesuitas crearon esta nueva ramificación que se infiltraría en todas las instituciones, y llevaría el mundo a adorar a la bestia, a través de un sistema económico forzado. Esta obra de destrucción del cristianismo por parte de la Orden de los Jesuitas a través de los Illuminati, se efectuaría mediante la infiltración de doctrinas falsas por espías en las iglesias. Evidentemente, ellos no se identificaran como tal, sino que el pueblo que busca a su Creador los reconocerá por lo que dicen o hacen. Una de las enseñanzas de Weishaupt y de la Orden dice: "Todas las religiones que adoran al Dios de los cielos serán infiltradas y/o anuladas, y una nueva religión tomara su lugar". Esto se realizará por medio de la introducción de una religión popular que rompa todas las barreras de separación entre las iglesias, para que asegure la felicidad de la raza humana, a saber, el ecumenismo que son las mismas doctrinas que se llaman "Nueva Era".

Extractos del libro “Vatican Assassins” de-Eric-Jon-Phelps 

“Los jesuitas, ahora formalmente suprimidos por el Papa, eran aliados de Federico el Grande de Prusia y de Catalina II de Rusia. El General Jesuita estaba en control de la Masonería del Rito Escocés, y ahora buscaba una alianza con el masónico Barón de la Casa de Rothschild. Para ello eligió un jesuita que era un gentil alemán (no judío) por raza y masón por asociación, Adam Weishaupt.”

“Adam Weishaupt era también un brillante instructor de Derecho Canónico, incluyendo el malvado Consejo de Trento, en un colegio jesuita en Baviera.”

“El 1 de mayo de 1776, la Orden de los Illuminati fue fundada oficialmente en la Universidad Jesuita de Ingolstadt en el antiguo bastión de los jesuitas de Baviera desde donde los hijos de Loyola habían provocado la Guerra de los Treinta Años. La Compañía ahora usaría a la Casa Judía de los Rothschild para financiar la Revolución Francesa, que a su vez emanciparía al pueblo judío en 1791, fomentando la ilusión de que "los judíos", fueron los verdaderos culpables detrás de la agitación en Francia. Rothschild también financiaría el ascenso del masón Napoleón, junto con su consejero entrenado por los jesuitas, Abbe Sieyes. A pesar de los escritos históricos del jesuita Abbe Barruel, quien culpó a los Rothschild y a la masonería de la Revolución, fue la Compañía de Jesús, que utilizó estas mismas herramientas para llevar a cabo la Revolución y castigar a los monarcas que se atrevieron a expulsar a los hijos de Loyola de sus dominios. Los jesuitas, después de haber sido expulsados del Imperio Español, encontraron refugio en Córcega. Desde allí levantaron a su gran vengador, Napoleón Bonaparte.”

JESUITAS



“Al término de la Segunda Guerra de los Treinta Años (1945) los Jesuitas, a través de sus Líneas de Fuga del Vaticano (Vatican Ratlines), ayudaron a cientos de altos jerarcas nazis a escapar a Sudamérica. Y ¿a qué lugar en América del Sur? A su antiguo dominio, donde el comunismo socialista había sido perfeccionado por los padres jesuitas, a la nación de Paraguay.

Los jesuitas entraron en Paraguay a principios de 1600, enviados por los reyes de España y Portugal. Ellos establecieron su supremacía sobre los nativos llamados "Indios Guaraníes" a los que no se les permitió mezclarse con españoles ni portugueses. Fue en medio de este pueblo que los Jesuitas establecieron sus comunas llamadas "Reducciones". RW Thompson escribe:

“Los inocentes indios fueron seducidos fácilmente por actos de bondad, y el resultado fue que, en el transcurso de un breve período, se logró establecer una serie de lo que fueron llamadas “Reducciones” – o, más propiamente hablando: “Villas”, – con una multitud de indios congregada a su alrededor, toda una congregación, al final, varios cientos de miles. Estos constituyeron el Estado jesuita, y eran todos, por la simple ceremonia del bautismo, traídos bajo el dominio de los jesuitas”.

La "comuna" o "reducción" se mantenía en orden a través de un sistema de espionaje.

“...Cada “Reducción” era gobernada por un padre jesuita, con el apoyo de un vicario y un cura como asistentes, cuyo principal deber era el espionaje.”

La Comuna, era llamada por los jesuitas una "república" y daba la impresión de ser autónoma. Era una república en su forma, pero había una monarquía en el poder controlada por el General de los jesuitas en Roma.

El status de los indígenas era de igualdad y el sistema económico era socialista-comunista. Y por supuesto, cada reducción tenía su “tesoro común” o Banco Central.

RW Thompson: "….la igualdad universal prevaleció. Los principios del socialismo o el comunismo, tal y como son entendidos ahora en gran manera [1894], gobernaban todas las Reducciones. Todo lo necesario para el bienestar material y la prosperidad de los indios era común. Cada familia tenía una porción de tierra apartada para el cultivo. También aprendieron oficios, y muchos de ellos, tanto hombres como mujeres, se convirtieron en expertos. Sin embargo, los ingresos en su totalidad fueron depositados en los almacenes comunes en cada Reducción, y distribuidos por los jesuitas por tramos y ante necesidades puntuales de cada individuo. . . El sufragio era universal, pero "la sanción de los jesuitas era necesaria para la validez de la elección."

Un último rasgo de la república jesuítica a tener en cuenta. A través de su estado policial, los jesuitas destruyeron la verdadera hombría de los indígenas. Se constituyó, de hecho, un modelo de sociedad que alcanzaba por completo el ideal jesuita, es decir, dócil, manejable, sumiso, obediente, sin la menor apariencia real de hombría. Habiendo completado su sometimiento, se adoptaron medidas enérgicas para hacer imposible cualquier cambio en su condición.

"La República jesuítica", compuesta por más de treinta Reducciones del Paraguay, era en realidad un vasto imperio comercial en el que estaban trabajando más de doscientos mil esclavos. 

EL ASESINATO DE ENRIQUE IV Y EL EDICTO DE NANTES



En 1589, el rey Enrique III de Francia fue apuñalado hasta la muerte por el asesino de los jesuitas, el dominico Jacques Clement, poniendo así fin a la dinastía de la Casa de Valois. Para glorificar el traicionero asesinato, el jesuita Guignard fue ejecutado públicamente en la horca. 

El trono pasó a un protestante, Enrique de Navarra, también conocido como el rey Enrique IV. El ascenso de Enrique comenzó la dinastía de los Borbones, que duró cerca de tres siglos……
El Rey Enrique IV fue un católico Romano, pero se convirtió al Protestantismo y llegó a ser un Hugonote. Sin embargo no fue totalmente aceptado como rey hasta que renunció el protestantismo, ya que los jesuitas habían conspirado para darle la corona a una católica española, Clara Isabel. La cobarde y vergonzosa renuncia de Henry se llevó a cabo en 1593. 

Aún así, Henry IV resultó ser el rey más grande de Francia desde Carlomagno. Él trató de mejorar la situación de los campesinos, alentó a las artes y las industrias, mientras que los fabricantes surgieron en todo el reino. Francia comenzó a florecer, mientras que su tesoro aumentaba. 

Sin embargo la mayor obra de Enrique IV, fue la emisión del Edicto de Nantes en 1598. Este decreto garantizó la libertad religiosa de todos los franceses, eso incluía a los Protestantes, Calvinistas, Hugonotes, y por supuesto a todos aquellos que habían seguido al Almirante Coligny, a quien los Jesuitas asesinaron por medio de Catalina de Medici (quién también intentó asesinar a Enrique III). Los Jesuitas estaban furiosos! Si se permitía la libertad de culto, Francia podría convertirse en una nación protestante. 

Aunque era un católico romano, la buena voluntad del rey para con los protestantes trajo sobre sí las ciento veinticinco maldiciones del Concilio de Trento jesuita. Era evidente que Henry IV debía morir!
Los jesuitas debían cumplir ahora con su juramento de sangre, tal como lo hicieron con el almirante Coligny y Enrique III. El rey entendió claramente el peligro. Chiniquy escribe al citar Memorias de Sully:

"Enrique IV, rey de Francia, después de ser herido por un asesino enviado por la Compañía de Jesús, dijo: "Me veo obligado a hacer una de estas dos cosas: o bien destituir a los jesuitas, liberarlos de la infamia y la vergüenza con la que están cubiertos, o expulsarlos de la manera más absoluta, y evitar que se acerquen a mi persona o a mi reino. Pero entonces, los conduciríamos a la desesperación y a la resolución de atentar de nuevo contra mi vida, algo que me haría muy miserable, estar siempre bajo el temor de ser asesinado o envenenado. Ya que estas personas tienen contactos en todas partes y son muy hábiles en predisponiendo las mentes de los hombres a sus deseos, creo que sería mejor que ya estuviera muerto."

Un triste día en el año 1610, los jesuitas, los maestros del asesinato, emboscaron y asesinaron al Enrique IV. Al regresar de una visita con Sully (que más tarde describiría esta tragedia en sus Memorias) el carruaje del rey se detuvo en medio de la calle (al igual que la limusina del presidente Kennedy prácticamente paró en medio de la calle en Dallas). En ese momento, Francois Ravaillac, el asesino de los jesuitas, un salto desde una y apuñaló a su víctima en el corazón. Cuando fue detenido, todavía estaba agarrando el cuchillo ensangrentado.

El Edicto de Nantes mantendría la libertad religiosa en Francia durante ochenta y siete años. En 1685, los jesuitas causarían su revocación por medio de su siervo más obediente y hermano jesuita, el rey Luis XIV.

El protestantismo (incluyendo la Biblia), se mantuvo fuera de la ley por más de cien años, el Papado controlado por los satánicos mantuvieron el control absoluto sobre todas las instituciones civiles de Francia. (¿No suena esto como la Rusia comunista, China y Cuba?)

Los jesuitas son capaces de asesinar incluso gobernantes católicos si se atreven a resistirse a las políticas de Roma ¿Acaso el presidente Kennedy no se resistió a los jesuitas, tratando de romper la CIA "en mil pedazos" y poner fin a la guerra de Vietnam? Era una amenaza para el poder temporal "infalible" del Papa. De hecho, no hay nada que los jesuitas no estén dispuestos a hacer en el intento de introducir su desenfrenada tiranía.