martes, 3 de septiembre de 2013

GRANDES MAESTRES DEL PRIORATO DE SION: VICTOR HUGO



VÍCTOR HUGO. 
La familia de Hugo era originaria de Lorena —más adelante él insistiría en que descendía de gentes aristocráticas— pero él nació en Besancon, semillero de actividades subterráneas y subversivas, en 1802. Su padre fue general bajo Napo¬león, pero mantuvo relaciones cordiales con los conspiradores que tramaron el complot contra el emperador. De hecho, uno de tales conspiradores era amante de la señora Hugo, cohabitando con ella en la misma casa y siendo padrino y mentor de Víctor. Así, Hugo había conocido el mundo de la intriga, la conspiración y las sociedades secretas desde los siete años de edad.
A los 19 años Víctor Hugo ya era discípulo de Charles Nodier; y fue de Nodier de quien adquirió su conocimiento erudito de la arquitectura gótica, que figura en El jorobado de Nótre Dame. 
En 1819 Hugo y su hermano fundaron una editorial con Nodier y esta editorial produjo una revista cuyo director era Nodier. 
En 1822 Hugo contrajo matrimonio en una ceremonia especial celebrada en Saint Sulpice. Tres años después, él y Nodier, con sus esposas, hicieron un viaje a Suiza. En los años siguientes Hugo formó su propio salón, tomando como modelo el de Nodier, que era frecuentado por la mayoría de las mismas celebridades. Y cuando Nodier murió en 1845, Hugo fue uno de los portadores del féretro.
Al igual que Newton, Hugo era un hombre religioso, pero sus opiniones religiosas eran heterodoxas. Al igual que Newton, era antitrinitario y repudiaba la divinidad de Jesús. A resultas de la influencia de Nodier, pasó toda su vida inmerso en el esoterismo, en el pensamiento gnóstico, cabalístico y hermético: preocupación que aparece en su poesía y en su prosa. Y se sabe que estuvo relacionado con una llamada orden de la «Rose Croix».
Las actitudes políticas de Hugo siempre han llenado de perplejidad a críticos e historiadores y son complejas, incongruentes y dependen de otros factores para comentarlas aquí. Sin embargo, nos pareció significativo que, a pesar de su admiración por Napoleón, Hugo fuese un monárquico leal que acogió con agrado la restauración de la dinastía borbónica. Pero, al mismo tiempo, parece que consideraba que los Borbones sólo eran deseables de modo provisional. En conjunto, se mostró feroz al condenar a Luis XIV. 
El gobernante al que Hugo apoyó con mayor entusiasmo —de hecho, eran amigos íntimos— fue Luis Felipe, el «rey ciudadano» que fue elegido para que presidiera una monarquía popular. Y, debido a su matrimonio, Luis Felipe estaba aliado a la casa de Habsburgo-Lorena. De hecho, su esposa era sobrina de Maximilian de Lorena.

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